Naturaleza y causas de la
riqueza de las naciones.
Montalvo,
M. (s.f.). Una investigación sobre la
naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. Barranquilla: Tecnos.
Por Vanessa Saldarriaga Soto - Jorge Padilla Casilimas
En
el texto de Manuel Montalvo se realiza una breve exposición de los principios
fundamentales que plantea Smith en su obra La
Riqueza de Las Naciones, el cual es considerado como la base teórica sobre
la que se cimentó el capitalismo.
A
partir de lo señalado por Montalvo se entiende como la obra de Smith puede
considerarse como el resultado de una fuerte influencia de Descartes y de Kant.
Su proyección más allá de las concepciones básicas medievales le permitió hacer
la obra en la que se sentaron las bases del capitalismo, en medio del
avecinamiento de la revolución industrial. En cierta manera, la obra de Smith, era una
protesta contra el Estado y su manejo omnipotente de la sociedad.
En
el texto se trata un poco sobre la vida de Adam y cómo esta estuvo enmarcada
por la intención de pertenecer al clero religioso, lo cual materializó con sus
estudios en teología, sin embargo, ciertas discrepancias morales y filosóficas
lo llevaron a desistir de tal propósito, logrando con el tiempo iniciar su carrera
como profesor universitario en Escocia. Entre otras cosas también se distinguió
su desbordante pasión ante el estudio por lo astronómico.
Quizás el hecho más importante que llevó a que
Smith dejara de ser visto como un simple hombre tímido y silencioso fue la
publicación de su obra la teoría de los
sentimientos morales en 1759. Con esto logró hacer notorias sus ideas, por
lo que un millonario heredero de un duque le empieza a suministrar una pensión
para que este deje de trabajar y pueda entrar en contacto con los más
ilustrados filósofos de la época como Voltaire, Hume y Quesnay; experiencias
que lo ayudaron a fortalecer el discurso que por cerca de diez años perfeccionó
a través de La riqueza de las naciones.
El
principio fundamental de la idea de Smith está basado en el mercado
autoregulador que generara riquezas, que requiere de unidades monetarias para
el intercambio y que se construye a partir de un cambio de visión de la
sociedad. Este proceso de transformación de un sistema económico feudal hacia
uno liberal requería de argumentos de simplicidad y de subjetividad;
entendiéndose desde la sencillez y de una sociedad compuesta por un conjunto de
individuos diferentes y complejos.
No
obstante, Smith no alcanzó a huir completamente de las filtraciones culturales
de su época, pues aun así su obra La
riqueza de las naciones contiene ideas que hoy resultan ingenuas, pero que
eran características de su tiempo.
Para
entender la propuesta de Smith es importante mencionar el papel que juega la
propiedad dentro de las relaciones económicas, por lo que el autor Montalvo decide
explicarlo a través de La teoría de los
cuatro estadios de Puffendor, en
donde la sociedad de comerciantes es la máxima etapa a la que debe llegar la
humanidad y en esta es primordial el derecho a la propiedad privada para que
fluyan los intercambios entre hombres. Siendo esto último para Adam la causa
del progreso de la sociedad.
Anteriormente
se había hablado del interés de Smith en la astronomía, por lo que Newton se
consideró una fuerte influencia en su pensamiento. En consecuencia, este
considera que así como existe una ley gravitacional en la tierra, entre los
hombres existe una ley que nos atrae como comunidad, esto lo ve como una
tendencia innata, dejando atrás las posturas hobbesianas y de Mandeville, para
creer que el hombre está en la procura de hacer el bien y poseído por una
virtud a la que denomina simpatía. A cerca de esta última podría afirmarse que
para Smith es un sentimiento híbrido entre generosidad y cierta subjetividad
derivada del egoísmo, que implica condolerse con los infortunios ajenos y con
las dichas del otro.
No
obstante, un tema que generaba gran preocupación y que Adam luego se encargaría
de solucionar sería lo concerniente al origen de las riquezas. Si bien una de
las teorías más aceptadas era la que se proponía desde la fisiocracia en la que
todo se concentraba en las labores agrícolas, Smith sabía que con el inicio de
la era de las máquinas y de la industrialización se avecinaba un cambio
significativo; todo trabajo o esfuerzo implicado en la manufactura o cuidado de
los campos, repercutiría en un aumento de la producción y, por ende, en mayor
riqueza, por lo que este sería la única fuente de capital.
Dicho
hasta aquí, se ha realizado una breve exposición de los aspectos tratados por
Montalvo de la obra de Smith, los cuales él resalta como los principales
aportes que este le ha realizado a la economía. Al respecto, sería interesante
analizar las ventajas y desventajas que le ha ofrecido al mundo estos
postulados que desde el siglo XVIII han imperado en la dinámica del mercado.
Sobre la división del
trabajo y su promesa de riqueza
Al respecto, Smith advierte la importancia de
la división del trabajo para que al reemplazar la mano del hombre con las
máquinas, se puedan desplazar estos trabajadores a nuevas áreas productivas en
donde también ayuden al aumento de las ganancias, pero para el desarrollo del
capitalismo es necesaria la división del trabajo, aunque esto dependa de la
extensión del mercado.
Sera más fácil
comprender las consecuencias de la
división del trabajo en la actividad global de
la sociedad si se observa la forma en que opera en algunas manufacturas concretas. La división del
trabajo ocasiona en cada actividad, en la medida en que pueda ser introducida, un incremento proporcional en la
capacidad productiva del trabajo. Este gran incremento en la labor que
un mismo número de personas pueden realizar como consecuencia de la división
del trabajo se debe a tres
circunstancias diferentes; primero al aumento en la destreza de todo trabajador
individual; segundo, al ahorro de tiempo
que normalmente se pierde al pasar de un
tipo de tarea a otro; y tercero, a la invención de un gran número de maquinas
que facilitan y abrevian la labor, y
permiten que un hombre haga el trabajo
de muchos.
El poder intercambiar
el excedente del producto del propio trabajo con aquellas partes del producto
del trabajo de otros hombres que le resulta necesarias, estimula a cada hombre
a dedicarse a una ocupación particular, y a cultivar y perfeccionar todo
talento o dotes que pueda tener para ese quehacer en particular.
Entre los seres
humanos hasta los talentos más dispares son útiles; los distintos productos de
sus respectivas habilidades, al trocar,
permutar e intercambiar, confluyen por así decirlo en un fondo común en el cual
cada persona puede comprar cualquier parte que necesite del producto, del
talento de otras personas.
No obstante, la
división del trabajo también cuenta con sus propias limitantes
como lo es por la extensión del mercado. Cuando este es muy pequeño, ninguna
persona tendrá el estímulo para
dedicarse completamente a una sola ocupación, por falta de capacidad para
intercambiar el excedente del producto de su propio trabajo.
Si solo fuera posible
el transporte terrestre entre dos lugares, no sería posible transportar otras
mercancías que aquellas cuyo precio fuera muy elevado en relación a su peso, no
podrías haber sino una pequeña proporción del comercio que actualmente existe,
y consiguientemente sólo una pequeña parte del estimulo que hoy cada ciudad
ofrece a las actividades de otra. Dadas las ventajas del transporte, es natural
los primeros progresos en las artes y la industria donde el mundo es abierto
por facilidad para la producción de toda
suerte de trabajo. Siempre se extiende mucho después a las regiones
interiores del país. La extensión de su mercado se mantendrá durante mucho
tiempo en proporción a la riqueza del país y en consecuencia su progreso será
posterior al del país.
Del origen y uso
del dinero
Una vez que la
división del trabajo se ha establecido y
afianzado, cada hombre vive gracias al
intercambio y la sociedad misma llega a ser una verdadera sociedad mercantil, y
así se esfuerza naturalmente por manejar sus actividades, de tal manera de disponer en todo momento de los productos
específicos de sus propio trabajo, cierta cantidad de alguna o algunas
mercancías que en su opinión pocos rehusarían aceptar a cambio del producto de
sus labores respectivas.
Fue
así como paulatinamente el hombre inició la satisfacción de necesidades
mediante la obtención de un producto ajeno por medio de trueques. Se convierte
en mercader, y la sociedad, en una organización de tipo comercial. Empezaron a
aparecer desajustes entre lo producido por cada uno y lo necesitado y existía
la posibilidad de que el canje no fuera posible, y el hombre para evitar estos
inconvenientes, trato de negociar para disponer los productos deseados. Se
utilizaban productos como el ganado, la sal, el tabaco, el azúcar, etc.
Sin embargo, en todos
los países, los hombres parecían haber sido impulsados por razones
irresistibles a preferir, para este objetivo, a los productos relacionados con
la metalurgia, por encima de cualquier otra mercancía, por su facilidad de ser
conservado bajo menor pérdida que cualquier
otra cosa, puesto que casi no hay nada menos perecedero que ellos,
sino que además pueden ser , y sin
pérdida, divididos en un número
indeterminado de partes; una partes que también pueden
fundirse de nuevo en una sola pieza. Ninguna
otra mercancía igualmente durable posee
esta cualidad, que más que ninguna otra vuelve a los metales particularmente
adecuados para ser instrumento del comercio y circulación.
Eso llevó al
direccionamiento de la actividad económica del hombre hacia la sobreexplotación
de los recursos naturales, pues en la medida en que los aprovecharan, estos
iban a garantizar interesantes ganancias para la nación. No obstante, hoy en
día, es visible como tal medida ha llevado al hombre a su propia ruina, no solo
porque estos son perecederos, sino también porque han arruinado el medio
ambiente. De una división del trabajo que prometía riquezas con la explotación,
se ha llegado a una sociedad mercantil que arruina el lugar que habita.
Del precio real y nominal de las mercancías, o de su
precio en trabajo y su precio en moneda
Toda persona es rica
o pobre según el grado en que pueda disfrutar las cosas necesarias,
convenientes y agradables de la vida. Pero una vez que la visión del trabajo se
haya consolidado, el propio trabajo del hombre no podrá proporcionarle más que
una proporción insignificante de esas tres cosas. La mayoría de ellas deberá
obtenerlas del trabajo de otros hombres, y será por tanto rico o pobre según
sea la cantidad, el valor de cualquier
mercancía, zona que la posee y que no pretende usarla o consumirla sino intercambiarla
por otras, es igual a la cantidad de trabajo, la cual es medida real del valor
de cambio de todas las mercancías. El precio real es el esfuerzo y la fatiga
que su adquisición supone. Cada cosa de verdad vale para el hombre que la ha
adquirido y que pretende despejarse de ella o cambiarla por otra cosa, es
el esfuerzo y la fatiga que se puede
ahorrar y que puede imponer sobre otras cosas, es poder de compre, un cierto
mando sobre el trabajo, sobre el producto del trabajo que se halle en el
mercado. El valor de cambio de cualquier cosa debe ser siempre exactamente igual a la extensión de este poder que
confiere al propietario.
Además, cada
mercancía se intercambia, y por lo tanto se compara, mas habitualmente con
otras mercancías que con trabajos. Es por lo tanto más natural estimar su valor
de cambio mediante la cantidad no de trabajo sino de alguna otra mercancía que
puede comprar. Asimismo, la mayoría de valores de cambio de toda mercancía es
habitualmente estimada según la cantidad de dinero que se obtiene por ella
cantidad de trabajo o de alguna u otra a cambio de ella, es lo que ella. Es lo que es difícil de conseguir, o lo que
cuesta mucho trabajo adquirir, y lo barato es trabajo exclusivamente, entonces
al no variar nunca su propio valor, y lo barato es lo que se obtiene fácilmente
con muy poco trabajo. El trabajo exclusivamente, entonces al no variar nunca en
su propio valor, es el patrón autentico y definitivo mediante el cual se puede
estimar y comprar el valor de todas las mercancías en todo el tiempo y lugar. Es su precio real; y el dinero es
tan solo su precio nominal. Su precio real consiste en la cantidad de cosas
necesarias y cómodas para la vida que se dan a cambio de él, su precio nominal, en la cantidad de dinero. el
trabajador es rico o pobre , es remunerado bien o mal , no en proporción al
precio nominal de su trabajo, sino al
precio real .