Por: Jorge Alberto Padilla Casilimas[1]
Palabras
Claves: División del trabajo, trabajo productivo, Hombre, sociedad.
Desde la caída del imperio romano la política de
Europa ha sido favorable a las Artes, Manufacturas, Comercio e industria
rustica (agricultura), generando un contexto para que Adam Smith[2] realice una teoría, con
los principios de la ciencia es decir, creando un sistema ordenado por
principios, demostrados por causas, y comparados
con efectos palpables. Dando a
conocer que el principio universal de
la riqueza es el trabajo productivo del hombre. En los
tres primeros capítulos del tomo I del
libro investigación de la
naturaleza y causa de las riquezas de las naciones[3],
que es el que se toma como base para
la realización de este ensayo, se
evidencian algunos elementos que permiten entender el porqué del
adelantamiento de una nación
sobre otra, en base al perfeccionamiento
de las
facultades productivas del
trabajo y del orden natural con el que se distribuye su
producto entre la sociedad.
Conociendo que el principio
universal de la riqueza es el trabajo productivo del
hombre, sin importar si
dicho hombre pertenece a la
clase más abatida, si es frugal e industrioso, podrá gozar de mayor cantidad de provisiones necesarias y útiles,
desarrollando pericias y destrezas
permitiendo un adelantamiento de las
facultades productivas del trabajo para sí y para la sociedad. Siendo esta
una causa de la división del trabajo. Con la juiciosa combinación de las
diferentes operaciones se pueden
hacer o fabricar más elementos o productos, separados en operaciones y oficios, es decir,
El trabajo se reparte entre muchas
manos; aumentando el nivel de productividad, un ejemplo clásico es el de
los alfileres, ya que no es lo mismo si
un solo individuo hace
todas las operaciones a que cinco hagan una
sola operación, siguiendo el ejemplo
de la fábrica de alfileres, mientras
uno tira el metal, otro lo endereza, el otro lo corta, el cuarto lo afila
y el quinto lo prepara para
ponerle la cabeza, aumentando así el nivel de alfileres hechos por unidad de tiempo. Consecuencia
de esto es que el
individuo perfecciona destrezas, se ahorro el tiempo que comúnmente se pierde
de pasar de una operación a otra y
madura la Invención de maquinas que facilitan y abrevian el trabajo, habilitando a
un hombre para hacer el trabajo
de muchos; si cada miembro se especializa en alguna labor, y las perfecciona,
la sociedad se despliega hacia un aumento considerable de la producción y el desarrollo.
El hombre de una sociedad
civilizada se ve siempre obligado a cooperar y a la concurrencia con la multitud,
pues no se acude a la
humanidad, sino al amor propio de cada
individuo al cambiar toda aquella parte de trabajo propio que excede del
trabajo ajeno, y que al otro le hace la falta,
esto estimula al hombre para aplicarse a una ocupación en particular. Cada hombre tiende a canjear por sí y para si todo lo necesario y útil para su sustento, de lo
contrario todos hubieran tenido el mismo
nivel obligaciones y labores que no
hubiera podido diferenciar labores que
dan motivo ahora para una variedad tan
grande de genios y de talentos como se
nota en los hombres.
El poder permutativo
es lo que motiva
la división del trabajo, siempre
y cuando el mercado publico se dé un tamaño
considerable, pues de lo
contrario nadie se animaría enteramente a un
empleo o labor, por falta de disposición
para intercambiar y permutar bienes.
Se puede entender que el trabajo productivo de
la sociedad motivado por un
espacio naturalmente establecido por el raciocinio e ingenio persuasivo del hombre para intercambiar cosas, motiva
a los actores de la sociedad a especializarse en alguna actividad o labor, intercambiando el excedente de su trabajo, generando un valor en sí
de su actividad y aumentando el nivel de
participación de cosas por permutar en un
sistema social propio del hombre,
en busca de la satisfacción de las necesidades por medio de las cosas permitiendo un desarrollo y creciendo de la sociedad en general. Dicha especialización hace que el hombre innove su labor u oficio, al aumentar la producción
e intercambio en una
sociedad, haciendo que un país crezca,
siendo el determinante principal
de la causa de las riquezas de las naciones.
[1]
Tecnólogo en Distribución física Internacional, Estudiante de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad
del atlántico, adscrito al programa de Economía, cursando
quinto semestre.
[3] La
riqueza de las naciones, es la obra más célebre de Adam Smith.
Publicado en el 9 de marzo de 1776, es considerado el primer libro moderno de economía.
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