El
arte sostenible y renovable de la ciencia económica.
Detengámonos
unos minutos a observar nuestro entorno, nuestra actividad diaria, lo que hacen
nuestros familiares y amigos, la prensa o los programas de televisión, sin
importar su naturaleza, con seguridad llevaremos en conjunto o individual
alguna unidad monetaria, además de los satisfactores que portamos diariamente
como la ropa, el teléfono celular, etc. Con todos los bienes y servicios que utilizamos, con o sin nuestro dinero, lo
hacemos con el fin de satisfacer nuestras necesidades; de alimentación, educación, ocio, transporte,
entre otros. Al instante de adquirir algún bien, como un automóvil, siempre cotejamos nuestros deseos
con las posibilidades reales y probablemente
nos vemos obligados a tomar una decisión más realista, con el fin de acondicionar
los recursos limitados a las necesidades; siempre eligiendo las que sean
prioridad en ese determinado instante. Todos los días nos enfrentamos a estos
casos y más aun, de esto trata la economía,
de cómo nos enfrentamos de manera individual o colectiva a las
necesidades que tenemos y de qué manera la satisfacemos con los recursos relativamente
escasos.
El problema
que afronta la economía está dada
desde que el hombre fue expulsado del paraíso terrenal y se vio obligado a trabajar para poder
compensar sus deseos y necesidades siempre
crecientes, con medios limitados, es por esto y más, la economía es considerada
el más antiguo de los artes, pero la más reciente y joven ciencia; el paraíso ¿es utópico o
realidad?, aun no se sabe esta respuesta, pero desde entonces se toma el axioma
de que hay bienes escasos.
Fue
hasta el año de 1776 con la obra realizada por Adam Smith, titulado ‘Investigación sobre la naturaleza y las causas de las
riquezas de las naciones’, donde se determinó como
ciencia la economía. Sin duda, Adam Smith tenía que basar sus estudios en algún
conocimiento antecesor que se considerará solido, y es así como obtuvo
una gran influencia de su maestro Hutcheson[1] y de David Hume. Las contribuciones, del considerado padre de la
economía, se basan en una recopilación de ideas de destacados pensadores y unirlas,
no a través de artilugios técnicos, sino aplicando juicio y sabiduría[2], teniendo como base sus
estudios académicos en filosofía moral y otras ciencias que hoy se les consideran humanísticas. Smith, se basó en anteriores aportes o
simplemente los analizó con el fin de contribuir con el desarrollo del pensamiento. Estos son:
el pensamiento económico preclásico, posteriormente resaltamos a los pensadores
del escolasticismo, como Santo Tomás de
Aquino, San Agustín, después de estos, sobresalen los mercantilistas, los fisiócratas que son
los precursores del pensamiento clásico de Smith; cabe resaltar que se nombraron algunos que
fueron más representativos, pero hay más personajes que
bridaron muchas herramientas y ampliaron
el campo de estudio y análisis económico.
Se
debe considerar fundamental que se debe tener para emprender el estudio de esta ciencia
social, y como John Keynes afirma: “el estudio de la economía no parece exigir
ningún don especializado de un orden excepcional superior. Es una disciplina en
la que muy poco sobresalen[3]Y como él lo afirma, el economista debe tener una agrupación de dones, actitudes, aptitudes que quizás
no sean muy fácil de adquirir, puesto
que tienes que ser filosofo,
historiador, matemático y en cierta
medida político, es por esto la ciencia abarca muchos campos
de investigación que dan perspectivas macro de un fenómeno, lo que motiva al aprendiz a comprender
científicamente los fenómenos que están ocurriendo o que ya sucedieron, dando
bases para pronosticar los próximos. Los
economistas utilizan analogías basadas en modelos económicos, con el fin de que
en lo irreal se observen comportamientos para que en lo real se obtengan
conclusiones y posibles soluciones. Un ejemplo
de modelos y de conclusiones basados en analogías es el
modelo de los apartamentos[4] o el modelo del parque de
diversiones[5], que ilustran hasta donde llega la aplicación
y entendimiento basado en laboratorios utópicos o en escenarios específicos, y con esto la economía responde interrogantes vitales para el desarrollo individual o colectivo; haciendo énfasis en la
administración optima de los recursos relativamente escasos utilizando como
herramientas las ciencias exactas y otras ciencias humanísticas[6] que justifican su
importancia y compresión en la historia y en la ciencia del mañana, puesto que
siempre se van a presentar la disyuntivas entre necesidades y medios para
satisfacerles, sin olvidar el costo de oportunidad por él cual siempre
acarreamos. El arte de la ciencia económica. No debe de desvirtuar ningún aspecto de la naturaleza del hombre o de sus
instituciones, por el contrario debe ser simultáneamente decidido y
desinteresado; tan distante e incorruptible como un artista y, sin embargo, a
veces tan cerca del suelo como un
político[7].
Nada
permanecerá constante desde una perspectiva material los movimientos y cambios
son inevitables, el principal enfoque de la ciencia social es el homoseconomicus, por ello
el hombre siempre permanece en cambios que pueden contribuir a su
desarrollo individual o al colectivo. El hombre se diferencia de los demás
seres por el nivel de raciocinio al que ha evolucionado y seguirá
evolucionado y con esta evolución
todas las ciencias sin dejar de un lado de la ciencia económica, ayer hablamos de la globalización, en el hoy hablamos de la economía ambiental y
sostenible y como la mañana no es clara
allí estará la economía para con modelos resolver las disyuntivas latentes y
permanentes, analizando costes de oportunidad y la satisfacción del ser social,
humano y económico, el Hombre.
[1] Landreth
y Colander. Historia del
pensamiento económico 1ra edición
en español. Compañía editorial continental 2002. Pag. 67 Francis
Hutcheson(1694-1746) y David Hume(1711-1776)
[2] Landreth
y Colander. Opcit Pag. 72
[3]
Mankiw Gregory, Los diez principios de la economía. 4ta edición. Editorial Clara M de la fuente rojo reimpreso
2009. Pag 21
[4] Varían Hal, Microeconomía intermedia un
enfoque actual. 5ta edición. Editorial Nomos S.A 1999. Pag. 1-18
[5]
Lucas Robert, ¿Que hacen los economistas? Paper universidad del atlántico,
ensayos de economía, Barranquilla (Col) No.6,2005
[6] Lora Eduardo, Ñopo Hugo,
Inter-American Development Bank IDB Working Paper series; 119. Formación
de los Economistas en América Latina. 2009
[7]
Mankiw Gregory, Opcit
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