miércoles, 20 de noviembre de 2013

EDUCACIÓN SUPERIOR Y EMPLEO


Por FABIÁN FDO. BOTERO PLATA
Es mi propósito compartir algunas reflexiones heterodoxas sobre la relación entre educación superior y empleo, particularmente en la región, producto de la experiencia de más de 20 años en acciones de investigación y participación en equipos de asesoría relacionada con propuestas de planeación del desarrollo académico e institucional de la Universidaddel Atlántico, las cuales, en virtud de factores y circunstancias que más adelante pueden al menos parcialmente deducirse, o han abortado o han tenido logros precarios.
Les pido anticipadas excusas por algunas proposiciones que de pronto les puedan parecer prejuiciadas o irreverentes, pero lesaseguro que no lo hago de mala fe. No son juicios morales.Lo que pasa es que la ignorancia es atrevida.
Iván Romero Mendoza, nuestro maestro de economía nos enseñaba que los modelos sirven para representar de manera simple y abstracta y para comprender los fenómenos económicos, que también son políticos y sociales, captando o discerniendo sobre lo esencial de ellos, de una manera reducida; y a la vez nos advertía que en consecuencia no debíamos ni despreciar la historia ni olvidar que los hechos son tozudos.
Al respecto debe advertirse que tradicionalmente la relación entre educación superior y empleo se analiza desde varias ópticas reduccionistas, con lógicas propias, que por supuesto arrojan resultados que aunque relevantes son parciales. Cada perspectiva además propicia un enfoque positivo ( análisis de los hechos) y un enfoque normativo ( proposiciones del deber ser).
En una perspectiva sociológica el deber ser de la educación superior es la movilidad social y la formación de líderes integrales. La realidad es que la educación superior en Colombia opera mas bien como un sistema de válvulas que produce profesionales de primera, de segunda y de tercera categoría según su capacidad de pago, la cual determina también en que tipo decolegio de bachillerato estudiaron.
Los títulos formalmente no nos distinguen. Todos los graduados somos genéricamente economistas, abogados, médicos o ingenieros; pero como se produce para el mercado, éste si distingue los profesionales tipo AAA, AA yA. Así, no son homólogos los abogados javerianos, externadistas y de la Nacional con los de Uniatlántico o la Simón Bolívar; como tampoco son comparables los economistas andinos, rosaristas o de la Nacional con los de la Universidad del Magdalena o la Tecnológica de Bolívar; y mucho menos los médicos de la Nacional, los rosaristas o de la Universidad de Antioquia con los de la cooperativa de Colombia de Santa Marta o de la Libre de Barranquilla.
En la perspectiva santanderista los colombianos buscamos las fuentes del saber y del comportamiento en las normas, en la más frondosa legislación. A la reforma educativa realizada mediante la Ley 80 de 1980 le ha sucedido la de la Ley 30 de 1992, la cual ya se considera obsoleta y debe ser enmendada. Permanentemente estamos cambiando las reglas del juego convencidos de que la transformación y el cambio simplemente se decretan.
Las normas contemplan las formulaciones sobre la democratización, los desarrollos institucionales ylos perfiles profesionales que demanda el progreso; pero la realidad enseña que desde finales de los 70, a la par que la universidad pública se ha anquilosado y en la región caribe además patrimonializado, la universidad privada se ha extendido, multiplicado ydiversificado, “sin ánimo de lucro”. Abruma reconocer tanto altruismo. La educación superior ha venido a ser cada vez más costosa y escasa y por lo tanto clasista y exclusivista,
En la perspectiva analítica de la formación de recursos humanos para el desarrollo se ha defendido la importancia del subsidio a la oferta y se ha relevado la importancia de la relación universidad - empresa para producir el ajuste de la calidad de los egresados a las necesidades del aparato productivo. En la práctica se ha profundizado la dicotomía universidad pública - universidad privada; se han hecho estudios de prospectiva pero todo sigue igual; y al poner el énfasis en los costos, la productividad, la eficiencia y larentabilidad de la empresa educativa, se han descuidado los usuarios, los saberes y los aprenderes.
En una perspectiva holística, integral, de pensamiento complejo, todos los ideales expresados y todas las realidades descritas pueden complementarse con más fines y otros diagnósticos como los que a continuación se expresan, de modo que al final sea posible hacer un análisis de necesidades que revele las bases para la concertación de una verdadera política educativa. A mi juicio la clave sería poder responder el¿Para qué? el¿Para quién? y el ¿De qué modo? de la educación superior colombiana.
ENFOQUE NORMATIVO: RETÓRICA E IDEALES
Escoger la carrera adecuada requiere mucha reflexión. Los bachilleres no deben elegir simplemente una profesión sino un proyecto de vida para realizar su vocación.
La universidad debe formar hombres integrales, humanistas, éticos, críticos, líderes, científicos, investigadores.
La universidad debe formar los recursos humanos calificados que demanda el desarrollo económico, político, social, cultural y científico-tecnológico.
Las carreras del siglo XXI serán la robótica, la microelectrónica, la mediática y la bioingeniería.
El país debe ser el texto de estudio de los nuevos profesionales; hay que formar gestores de paz.
Las universidades no deben formar empleados sino profesionales creadores de empresas.
ENFOQUE POSITIVO: HECHOS
Cerca del 16% de la población llega a la Educación superior. Medio millón de bachilleres del país aspiran hoy a la Universidad; en la Costa Atlántica serán más de 80.000 y menos del 50% obtendrácupos.
Año tras año se incrementa el número de solicitudes (ganas de estudiar) y el número de instituciones y programas.
De cada 100 bachilleres solo 6 prefieren estudiar en instituciones técnicas y tecnológicas.
El valor medio de la matrícula anual en USA se aproxima a 5.000 dólares en la universidad pública y a 12.500 dólares en la universidad privada.
Las instituciones ofrecen formación integral, capacidad de gestión y liderazgo, formación ética y desarrollo de la creatividad; pero maestros en la educación superior son en muchos casos aquellos que no pudieron encontrar trabajo en otra parte.
En el país no hay nilos laboratorios ni los profesores para formar los llamados profesionales del siglo XXI en robótica, microelectrónica, bioingeniería y telemática... pero se ofrecen ya algunos programas.
Cuatro puntos porcentuales del desempleo tienen origen en deficiencias educativas y capacitación técnica de los recursos humanos del país.
Los egresados salen muy bien preparados en teoría pero la práctica es muy pobre (Luis Carlos Muñoz- ICFES)
Desde hace dos décadas se está buscando una alianza estratégica entre el sector productivo y el sector educativo (que no entre el público y el privado)… pero aún no ha cuajado.
Los empresarios confían más en los egresados de las universidades de más prestigio o más antiguas, que son las menos; y acusan a las universidades de preparar a los jóvenes para ser “doctores” de manera inmediata.
Para un conspicuo director del ICFES no hay instituciones malas sino profesionales mediocres que no complementan por cuenta propia lo que aprenden en la Universidad.
La recalificación de puestos es un hecho que está operando desde los años 70 y fue documentado desde la Misión Chenery.Hoy se asocia a la proliferación de diplomados y especializaciones.
Desde hace 20 años el aparato educativo superior dejó de ser una cuestión pública para convertirse en un costoso “negocio” privado.
Llegado a este punto, me permito presentarles un esquema teórico diseñado en mi tesis de maestría en educación en 1985, el cual aún hoy considero pertinente y útilpara comprender algunas relaciones claves.

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